jueves, 27 de febrero de 2014

Mámoa de Místico


La mámoa de Místico se encuentra en Padroso - Montalegre (Portugal). Fue el sabio Padre Fontes el que se encargó de encarrilar mi desaforada imaginación, que ya estaba suponiendo una leyenda o tradición popular según la cual sería el túmulo que encerraba la sepultura de un místico ermitaño, o druida, que para el caso es lo mismo. El microtopónimo Místico, según nos explicó, se refire a un territorio mixto, en concreto al Couto Misto, una tierra de nadie o fronteriza que durante 700 años no fue ni gallega ni portuguesa, sino una especie de república independiente habitada por galaico-portugueses apátridas.

No es casualidad que el Couto Misto se haya circunscrito a un lugar demarcado por túmulos, pues se sabe que estos se ubicaban preferentemente en zonas liminales, en tierras de nadie, como guardianes del territorio en cuyos bordes se situaban.
En la fotografía pueden observarse varias cruces de término grabadas sobre una posible estela o elemento pétreo que sobresale de la masa tumular. Estas cruces, casi con total seguridad, indican la delimitación del Couto Misto. Lo que resulta llamativo es que estos límites no coinciden con los que se le vienen atribuyendo, ya que Padroso no formaría, según se cree, parte del Couto Misto. Sin embargo, ahí están como testigos de ello el microtopónimo Místico, y el esteo con sus cruces de término.

Meixón Frío


La mayor parte de los autores que han estudiado este tema toponímico encuadran los nombres Mesão Frio (antiguamente Meijon Frio o Meigion Frigido) / Meixón Frío dentro de los galicismos, como provenientes del latín mansione, “habitación”, a través del francés. Otra postura a considerar es la de Cabeza Quiles, que ha propuesto la interesante posibilidad de que el origen de algunos topónimos Mesón, como en concreto Mesón do Vento (o tal vez, do Bento), sea el orónimo mesa, “altura, meseta”.

Un ejemplo de lo extendida que está la primera opinión es esta cita elegida un tanto al azar: “que em Mesão e Meijão se trata de mansione creio não haver dúvida, mas pode-se pensar que a significação seria a de 'casa' e não a de 'hospedaria'”.

En mi opinión sí se plantea una duda en el caso de Meixón Frío, aparte del hecho de que es bastante curioso que una desangelada hospedería fría o  masione  frigida pase a motivar reiteradamente un topónimo tan espallado como este, que se viene considerando una suerte de topónimo viario o indicativo de antiguos caminos con sus posadas; la objeción es que, de provenir de mansione, el topónimo habría sido Meixón Fría, con el género femenino del latín y del francés conservado.

La tercera posibilidad que voy a formular parte del siguiente testimonio: “et vay finir á ás mestas u se anbus estes regeyrus mexen no fondo” (1282, San Clodio. Fuente: TMILG). Se trata de un documento en el que figuran dos términos de la familia léxica de miscere, “mezclar”: el participio mestas y el verbo mexer, del que deriva el moderno remexer, “mezclar una y otra vez, revolver”.

El hidrónimo mestas (Ambas Mestas, Augas Mestas) señala una confluencia de ríos; en este sentido, sería adecuado entender el topónimo Meixón Frío como un derivado de miscere. Meixón sería, pues, un hidrónimo indicativo de la afluencia de una corriente de agua en otra, como parecen apuntar el adjetivo frío, que acompaña con frecuencia a los hidrónimos (Riofrío) y el significativo testimonio “Veyga de meyjon frio” recogido por Rivas Quintas.

En el glosario de  Du Cange figuran, en relación con el latín miscere, “mezclar”, los sustantivos galos:

Messcé - ut videtur, potus seu cerevisiæ species [en la entrada mixtum 1]
Mezium - potionis seu cerevisiæ genus

El galaico-portugués meixón podría ser una forma paralela al galo mezium. Ambas  provenientes del latín, aunque con especializaciones semánticas diferentes.

domingo, 23 de febrero de 2014

Los nombres de Finisterre

Para José Balari y Jovany el topónimo Finíster o Finistre es "esencialmente orográfico; aunque por su estructura sea igual á la palabra finestra, ventana, no tiene de común con ella más que esta identidad de forma, pues la significación de entrambas es completamente distinta. No procede de la voz latina fenestra, sino de la palabra finis, fin, término, extremo, á la cual se le añadió el sufijo -ter, y resultó finis-ter, finistre, a la manera que destre y sinistre en catalán derivan de los vocablos latinos dex-ter y sinis-ter. Se halla empleada la palabra finestra con relación á montañas para indicar extremo ó límite" (Orígenes históricos de Cataluña).

La hipótesis de Balari parece en principio sostenible, aunque sería necesario comprobar si la frecuente oronimia del tipo Fenestra (Sanfins de Friestas, Hiniestra, etc.), antes que apertura o vano en la roca, indica frontera o límite orográfico constituido por un monte.

Finíster y sus variantes podrían ser, en resumen, derivados del latín finis mediante el sufijo -ter; resultados que en el área romance pueden confluir o interpretarse como procedentes del latín fenestra, "ventana", y en áreas lingüísticas no románicas como emparentados con otros étimos (cfr. germano finster, "tenebroso, oscuro").

En el caso del topónimo gallego Finisterre encontramos varios testimonios en este sentido:

Finisterre como fenestra, "ventana": "Deinde in terra eiusdem regis est mons magnus longe protensus in mari qui dicitur Fenestres, et ibi est ecclesia et villa que dicuntur Sancta Maria de Fenestres" (De viis maris, Roger de Howden, s. XII).

Finisterre como finster, "oscuro": "Vinsterstern" (Arnold von Harf), "Finster Stern" (Ilsung), y más tarde, la traducción al latín de la interpretatio germana de Finisterre, la "Stellam Obscuram" de Roszmithal, pues es esto lo que significa en alemán Finster Stern.

Oronimia de la misma familia, bien sea derivada del latín finis, "límite", del latín fenestra, "vano", o de un adjetivo paleoeuropeo que indique la cualidad de "tenebrosos, nebulosos, opacos, oscuros, profundos" de los picos más altos de los sistemas montañosos, se encuentra por toda Europa (Finsteraarhorn, en Suiza) y es más que suficiente para hacernos reflexionar sobre la posibilidad de que los testimonios medievales que presentan a nuestro topónimo como sustantivo compuesto de finis + terrae (Finibus Terre) sean otro producto más de la etimología popular, esta vez ejercida por sabios letrados eruditos.

Finibusterre o Filibusterre (otra reinterpretación) era el nombre que recibía la horca o patíbulo en germanía, de ahí el origen de la palabra filibusteros, "patibularios", aunque Feijoo de Sosa apunte otro vínculo igualmente interesante, suponiendo que "el vulgo los llamó filibustiers, por ser gente venida de Finibus Terra".

Filibusterre como topónimo aparece en Villuga para indicar otro Finisterre, el de Consuegra (Toledo); al no ser cabo costero o fin de la tierra frente al mar, su existencia refuerza la idea de no considerar esta familia de topónimos como compuestos de finis + terrae.

sábado, 22 de febrero de 2014

Santa Combiña bendita ten un navío no mar...

Restos de una antigua embarcación naufragada en la playa de Santa Comba, con la isla de la santa al fondo.

Esta vez han sido los temporales que han arrastrado la arena de nuestras playas estos dos últimos meses los que se han encargado de recordarnos que el folklore siempre tiene una base real.

La Sociedade Cultural Columba, antes de haber notificado la aparición del pecio, había recogido numerosas leyendas populares que narraban el naufragio de Santa Comba y su amado San Silvestre en la costa de Marmadeiro (Covas - Ferrol). No puede dejar de evidenciarse la coincidencia entre realidad y ficción, por lo que creo que los restos de este y otros naufragios (frecuentes en la costa de Covas), que los naufragios atlánticos en general, tendrán que estudiarse a partir de ahora como potentes generadores de la mitología celtoatlántica que describe la llegada de santos por vía marítima.


Una pequeña muestra del folklore recogido por la Sociedade Cultural Columba respecto al naufragio de Santa Comba, en combinación con el pecio recientemente descubierto por el mar, pone de manifiesto el trasfondo real que subyace tras el patrimonio inmaterial constituido por las leyendas:
  • foron navegando, navegando, ata atoparse cun temporal moi grande no que naufragaron, desaparecendo o irmán, e eles apareceron na illa 
  • Se di que algúns días dependendo de como traballe o mar, aparece un sarcófago de pedra enterrado na praia das fontes, e outros din que onde se aparece é no areal que hai mesmo baixo a ermida

domingo, 9 de febrero de 2014

El paso del noroeste

Juan Caboto, John Cabot, Giovanni Caboto, o a lo mejor Jehan Chabot, fue el primer navegante en intentar el paso del noroeste hacia las Indias en 1497, dirigiéndose directamente a los caladeros de Terranova, siguiendo probablemente las indicaciones de los pescadores bretones y vascos que explotaban las pesquerías antes del descubrimiento de América. De su biografía poco se sabe, algo seguro es que era venetus.

Barcos, anclas y bancos de peces en la iglesia de Confort, Meilars (Bretaña francesa).
(C) Les 'maîtres de barque' du Cap- Sizun, Jeanne Mollet

Este gentilicio, venetus, se ha aplicado a los originarios de Venecia, pero también, y sobre todo, a los naturales de Vannes (Morbihan), en la Bretaña francesa (Dictionnaire Topographique du Département du Morbihan, Louis Roszenweig).

Por ello me inclino a creer que Caboto era, más que veneciano, un bretón de Vannes. En primer lugar la nación bretona, sin intención de entrar en detalles bien conocidos, tiene mucho más que aportar a la historia de la navegación atlántica que Venecia: ahí están como testigos históricos las pesquerías bretonas de Terranova, o la toponimia bretona exportada a estos lugares (cfr. Nueva Bretaña o Tierra de Labrador, donde se sitúa otro Brest; así como los nombres del Cabo de Raz y Bellisle / Belle Île, en Terranova, y el de la isla de Cape Breton, candidata principal al primer avistamiento de Caboto).

Incluso hay testimonios históricos que mencionan al hijo de Caboto como venetus con parientes en Britannia, lo que encaja mejor con Vannes, por el nexo histórico entre ambas Bretañas, que suponer un veneciano con parientes en Inglaterra:

"Sebastianus quidam Cabotus genere Venetus, sed a parentibus in Britanniam insulam tendentibus (vti moris est venetorum, qui comercii causa terrarum omnium sum hospites) transportatus pene infans".

La relación entre Vannes, la ciudad venetorum, y Britannia, así como la destreza náutica de los Vénetos, y no precisamente de los venecianos, figura en otros documentos: "Huius civitatis est longe amplissima auctoritas omnis orae maritimae regionum earum, quod et naves habent Veneti plurimas, quibus in Britanniam navigare consuerunt, et sciencia atque usu nauticarum rerum caeteros antecedunt" = los Vénetos tienen muchísimas naves, y en la ciencia de la navegación se anticiparon a los demás (César, De Bello Gallico, III, 8).

El hecho de ser bretón le facilitaría el conocimiento de la ruta del noroeste; era tal la destreza náutica de los bretones que en 1511, en la expedición de Juan de Agramonte a Terranova, se exceptuó de la condición de nacional que tenía que cumplir la tripulación a los dos pilotos, que preferiblemente habrían de ser bretones (Caroline Mènard, La pesca gallega en Terranova). Como es lógico, también Enrique VII habría querido al mejor piloto para la misión de hallar el paso del noroeste, un bretón, no un veneciano.

Una de las tres carabelas de la iglesia de Roscoff (Bretaña francesa), s. XVI.

Del otro lado del Atlántico, las embarcaciones de los navegantes bretones han quedado registradas en los petroglifos de los nativos Mi'kmaq de Nueva Escocia. El jefe Mabretou se refería a ellos como normandos (Lescarbot, 1604-7), lo que refleja el hecho de que los primeros europeos en llegar a estas costas provenían de la antigua Armórica.

Cabría especular acerca del parecido entre el nombre del nuevo continente y el del lugar de procedencia de los primeros navegantes que llegaron a él: Aremórica, "la situada ante el mar", es un antiguo topónimo celta que pudo haber viajado con los bretones al nuevo mundo, instalándose en él y zanjando la vieja discusión de si la receta de langosta es americana o armoricana.

Petroglifos mi'kmaq de Kejimkujik (Nova Scotia).
Records of a historical journey (C) Mi'kmaq Spirit.

sábado, 8 de febrero de 2014

Moscosa y Mosqueira

Dice Galmés de Fuentes que los topónimos Mosqueiro o Mosquera provienen del latín muscus, "almizcle", por la fragancia almizclada que desprenden cierto tipo de flores que se criarían en estos lugares. A Galmés le sorprende "que un filólogo tan experto como J. Corominas insista en la asociación con el insecto [mosca]". Y a mí lo que me sorprende es la acepción de ese muscus latino que ha elegido Galmés.

No ha sido Corominas el único en considerar este tipo de topónimos como entomónimos relacionados con las moscas, pertenecientes a la misma categoría que Abelleira. Pero sí ha habido alguna voz discrepante, como la de Cabeza Quiles, que señala para algunos casos el latín muscus, no en el sentido de Galmés, sino con el significado de musgo.

Una pequeña muestra de los contextos en que aparece el topónimo apoya su origen en el latín muscus, "musgo", elemento que crece en lugares húmedos y sombríos, y en la cara norte de las piedras que se utilizan como mojones o marcos en las delimitaciones. El musgo fue para los agrimensores señal de que el testigo había permanecido en su sitio, sin que se hubiese movido el linde.

  • ad mamola de Paramio et inde ad penam Muscosam (Sobrado)
  • ad illo saxo et inde ad illa antiqua de Muscarios (Sobrado)
  • per ipsum marco de Muscosa (Santiago, 1062)
  • ad illa mamula de annito et inde ad petra Muscosa (Toques, 1123)


domingo, 2 de febrero de 2014

Couso 2

Phina Gavray-Baty en su Vocabularie toponimique du Ban de Fronville estudia el topónimo Cossoû: "li grand cossoû et li p'tit cossoû désignent aujourd'hui des chemins étroits". En los ejemplos que recoge queda patente su sentido viario:
  • rualle de consoux (1560)
  • son jardin dit le coussou (1666)
  • chemin nommé le cossou (1724)
  • quattre cousou (1610)
  • quattre cossoux (1652)
Du Cange remite Cossou o Coussou a cursorium, "sic vocantur apud Arelatenses singulæ pascuorum portiones". El principal testimonio que recoge menciona uno de los predios o Coussouls de Crau:  "concedimus et confirmamus in perpetuum Cursorium quoddam de Cravo" (año 1221). La explicación que ofrece a la etimología cursorium es que en estos espacios el ganado podía pacer mientras los recorría libremente (cursu = recorrido).

Hace algún tiempo había dedicado una entrada al topónimo Couso rechazando su origen o parentesco con el latín cursu, étimo que no satisfacía los testimonios medievales del topónimo con diptongo au (causo). Ahora me replanteo esta posibilidad ante los casos franceses. Las formas causo de los documentos medievales podrían explicarse como pseudolatinizaciones: a partir de la constatación de que algunos diptongos ou del gallego remiten a diptongos au en latín (taurum > touro), se aplica erróneamente esta regla a otros casos, suponiendo que couso proviene de un inexistente *causo.

El étimo latino cursum, "camino", evoluciona en gallego hacia cosso > coso. Por lo que la forma con diptongo ou ha de ser un hiperenxebrismo, igual que cuando se emplea couto en lugar de coto (me refiero al coto proveniente de la base prerromana *KOTT-, "elevación": Veiga Arias, Algunas calas en los orígenes del gallego).

La relación entre la toponimia del tipo Couso y antiguas vías de tránsito, bordeadas de megalitos, se ha puesto de manifiesto en el trabajo de Filgueiras Rey y Rodríguez Fernández (Túmulos y petroglifos. La construcción de un espacio funerario, Espacio, Tiempo y Forma, 1994). Si esto es así, sin duda es porque el topónimo es indicativo de un curso, de un camino, junto al cual podían situarse predios agrícolas, siguiendo el trazado o curso del cardo y decumano que establecen la base de la centuriación.

Isabel Velázquez Soriano en su estudio sobre la pizarra visigoda nº 45 de Diego Álvaro (Ávila) documenta el término con el significado de predio en el siglo VII: "la pizarra contiene una larga lista de contribuciones de posibles campesinos dependientes [...] Dichas contribuciones se hacen en sextarios o pagos de cantidades recogidas de la tierra, en unos espacios o predios denominados cussos (cusos), término que considero procedente de cursus latino, con el valor de praedium y precedente del castellano "coso"" (Las pizarras visigodas, RAE, 2004, pg. 257).

Puede que el teónimo galaico Cosso o Coso sea variación de este cursus que estamos analizando. Un dios del camino, o tal vez un Terminus o marco predial (cusso) sacralizado.

sábado, 1 de febrero de 2014

Colón miñoto

Leo no sin cierto estupor e interés la hipótesis de Marcos Castro, según la cual la patria de Colón podría ser O Val do Dubra, ya que los hermanos Colón, o Pombo, como llamamos por aquí al palomo, firmaban como "Columbus de Terra Rubra" ("Colón era dubrés"). Como si tuviera algo que ver el hidrónimo céltico dubr-, "agua", con el latín rubra, "roja".

Terra Rubra, ya que vamos a buscarle su patria gallega al Almirante, es el bermellón, que los romanos llamaban minium, "minio"; mineral y color desde siempre relacionado con el nombre del río Miño, el de arenas auríferas. Así pues, Colón era miñoto, ¿o tal vez minhoto?

"Minium dicitur Terra Rubra" (M. Tiling)
"Minium, vulgus terram rubram" (F. Imperato)

Portada del opúsculo de Horta y Pardo; la guarda reza en grandes titulares periodísticos:

DIFUNDAN LA VERDAD HISTÓRICA

¡¡COLÓN, NACIÓ EN GALICIA!!